viernes, 28 de agosto de 2009

Transplante de médula ósea, una operación para curar los males de la sangre


Las células inmaduras, llamadas hematopoyéticas, que son las encargadas de formar las de la sangre.
Por eso tienen la capacidad de convertirse en glóbulos blancos, que luchan contra las infecciones; glóbulos rojos, que transportan el oxígeno, y plaquetas, que ayudan a coagular la sangre.
¿Cuándo se requiere un trasplante?
Cuando la médula ósea es incapaz de producir cantidades suficientes de estas células o cuando lo hace de manera anormal.
¿Qué tipo de trasplantes hay?
Autólogo: el paciente recibe su propia médula extraída antes de someterse a tratamientos contra el cáncer, por ejemplo, o en etapas tempranas de la enfermedad.
Singénico: recibe la médula ósea de su gemelo idéntico.
Alogénico: recibe las células de los hermanos, de los padres o de un donante externo pero compatible.
Cordón umbilical: las células del recién nacido pueden guardarse y usarse después.
¿Cómo se sabe si un donante es compatible?
Cada persona tiene un complejo distinto de proteínas llamadas 'antígenos leucocitarios humanos (HLA)' en la superficie de las células. Se busca que los del donante sean iguales a los del paciente, para evitar un rechazo. Por lo general, los más compatibles son los parientes cercanos.
¿Qué complicaciones tiene?
Puede presentarse un rechazo del trasplante. Para evitarlo, el receptor debe ser sometido a un tratamiento celoso para suprimir sus sistemas de defensa. Esto lo hace susceptible a las infecciones.
También puede haber hemorragias, dolor y la enfermedad de injerto contra huésped: células de defensa nuevas, que produce la médula implantada, no reconocen los órganos ni los tejidos del cuerpo del receptor y lo atacan.
¿Qué tan efectivos son los transplantes?
Por lo general son muy efectivos y, bien indicados, pueden acarrear la cura total.
ASESORÍA: CLARA PRATO, HEMATÓLOGA DE LA UNIVERSIDAD DEL ROSARIO.
'Recibí la médula de mi hermano'
'Hace 15 años me diagnosticaron leucemia mieloide crónica, que afecta la producción de glóbulos rojos. Sugirieron hacerme un trasplante de médula ósea y mi hermano fue el más compatible. Tras el procedimiento duré un mes dentro de una burbuja: debían bajar mis defensas para evitar que mi organismo rechazara las nuevas células. Estas empezaron a remplazar a mis células enfermas; no obstante, al encontrarse dentro de un cuerpo extraño, lo atacaron. Tuve dermatitis y problemas de coagulación.
A los seis meses me quitaron los medicamentos que suprimían mis defensas. Ahora estoy bien'.

martes, 25 de agosto de 2009

Médula ósea amarilla


La médula ósea amarilla (MOA) es un tipo de médula osea encargado de acumular grasas. Su color amarillento se debe al caroteno presente en las grasas que se juntan en sus abundantes células de almacenaje de grasas.
En los adultos, aproximadamente la mitad de la médula es roja y la otra amarilla.

Durante los primeros 4 años de vida, casi todas las cavidades medulares están compuestas por médula roja. Después de esa edad, la médula roja en la cavidad de los huesos largos se reemplaza de manera gradual por tejido graso amarillo.

La proporción relatica entre médula roja y amarilla puede alterarse también por procesos patológicos; la pérdida de sangre, por ejemplo, puede ocasionar que la médula ósea roja productora de elementos formes de la sangre sustituya a la médula ósea amarilla.

lunes, 24 de agosto de 2009

LA GRASA PRESENTE EN LA MÉDULA DE LOS HUESOS INFLUYE NEGATIVAMENTE SOBRE LA FORMACÍON DE LA SANGRE


En el interior de los huesos hay una médula en la que se “fabrica” la sangre. Además, este tuétano contiene grasa. De hecho, en algunas enfermedades en las que la médula no fabrica sangre adecuadamente, y también tras la radiación o la quimioterapia, las células de grasa dominan sobre las células productoras de sangre.
Un estudio demuestra que, de hecho, las células grasas impiden el crecimiento de las células madre que fabrican la sangre. Los investigadores utilizaron unos ratones especiales que no son capaces de producir células de grasa. Tras irradiarlos para vaciar su médula ósea, los sometieron a un transplante de células madre productoras de sangre, y comprobaron que éstas funcionaban mucho mejor en los ratones sin grasa que en ratones normales. Lo mismo sucedió al estudiar ratones normales que habían sido tratados con un fármaco que impide la formación de grasa.
Esto demuestra que las células de la grasa presentes en la médula ósea inhiben la actividad de las células madre productoras de sangre. El hallazgo podría tener aplicaciones para mejorar la eficacia de los transplantes de médula ósea que se llevan a cabo en humanos.