martes, 13 de octubre de 2009

NUEVO MECANISMO PARA EVITAR EL RECHAZO DE TRANSPLANTE DE MÉDULA


Nuevo mecanismo que protege a los pacientes de la enfermedad injerto contra huésped que puede presentarse tras un trasplante de médula ósea. Esta incompatibilidad con la médula recibida se produce cuando las células inmunes del donante atacan al organismo del receptor, provocando graves daños orgánicos. Ensayos clínicos previos en pacientes humanos, método especial para tratar las células de médula ósea del donante antes de introducirlas en el receptor para reducir la posibilidad de rechazo.
Las células T son células sanguíneas que se organizan y participan en la defensa inmune. Ciertos tipos de células T producen la enfermedad de injerto contra huésped mientras otras protegen contra la infección y el cáncer. Los métodos actuales de prevención de esta reacción adversa suponen intentar eliminar o destruir las células T perniciosas de la médula del donante pero esto también elimina las células T protectoras, un método potencialmente peligroso que a menudo produce complicaciones.
El método utilizado en el estudio previo es diferente ya que antes de que las células T del donante fueran trasplantadas las células para evitar que aquellas que pueden producir el rechazo se multiplicaran.
Los pacientes que recibían la inyección con las células T del donante tratado tenían menos enfermedad injerto contra huésped grave y una recuperación inmune más rápida que los pacientes que recibieron las células T de los donantes normales.
Se ha descubierto ahora que meses después del trasplante se producía un aumento importante en la cantidad de una clase concreta de células inmunes llamadas células T reguladoras en los pacientes que recibían la médula ósea tratada.
Después de purificar estas células, se descubrió que las células T reguladoras podían suprimir específicamente las células T que causaban la enfermedad de injerto contra huésped. Sus descubrimientos sugieren que las células T reguladoras podrían en realidad tener un papel en el control de la enfermedad de rechazo después de un trasplante de médula ósea de este tipo.
La técnica utilizada para tratar la médula ósea del donante podría adaptarse para producir células T reguladoras para el tratamiento de otros trastornos como las enfermedades autoinmunes.

lunes, 5 de octubre de 2009

El transplante de médula ósea, una operación para curar los males de la sangre


Esta tiene células inmaduras, llamadas hematopoyéticas, que son las encargadas de formar las de la sangre.
Por eso tienen la capacidad de convertirse en glóbulos blancos, que luchan contra las infecciones; glóbulos rojos, que transportan el oxígeno, y plaquetas, que ayudan a coagular la sangre.
También hay células productoras de sangre presentes en el cordón umbilical.
¿Cuándo se requiere un trasplante?

Cuando la médula ósea es incapaz de producir cantidades suficientes de estas células o cuando lo hace de manera anormal.

¿Por qué se dañan las células de la sangre?

Hay trastornos heredados o adquiridos, entre ellos, la talasemia (la hemoglobina de los glóbulos rojos es incapaz de transportar oxígeno), la neutropenia congénita (hay producción muy escasa de glóbulos blancos) y algunos tipos de cáncer, como las leucemias (producción exagerada de células sanguíneas anormales), los linfomas (tipo de cáncer asociado a células de defensa) y los mielomas (tumores específicos de la médula ósea).

Las células de la médula ósea, por su inmadurez, son especialmente sensibles a la quimio y la radioterapia que se usan en tratamientos contra el cáncer. A veces pueden ser destruidas en su totalidad.

¿Qué tipo de trasplantes hay?

Autólogo: el paciente recibe su propia médula extraída antes de someterse a tratamientos contra el cáncer, por ejemplo, o en etapas tempranas de la enfermedad.

Singénico: recibe la médula ósea de su gemelo idéntico.
Alogénico: recibe las células de los hermanos, de los padres o de un donante externo pero compatible.

Cordón umbilical: las células del recién nacido pueden guardarse y usarse después.

¿Cómo se sabe si un donante es compatible?

Cada persona tiene un complejo distinto de proteínas llamadas 'antígenos leucocitarios humanos (HLA)' en la superficie de las células. Se busca que los del donante sean iguales a los del paciente, para evitar un rechazo. Por lo general, los más compatibles son los parientes cercanos.

¿Qué complicaciones tiene?

Puede presentarse un rechazo del trasplante. Para evitarlo, el receptor debe ser sometido a un tratamiento celoso para suprimir sus sistemas de defensa. Esto lo hace susceptible a las infecciones.

También puede haber hemorragias, dolor y la enfermedad de injerto contra huésped: células de defensa nuevas, que produce la médula implantada, no reconocen los órganos ni los tejidos del cuerpo del receptor y lo atacan.

¿Y después del trasplante?

Después de que las células entran al torrente sanguíneo del enfermo, viajan a la médula ósea, donde empiezan a producir glóbulos rojos, blancos y plaquetas en un proceso de prendimiento que puede durar de dos a cuatro semanas después del trasplante.

La recuperación completa puede tardar varios meses y hasta años.